domingo, 10 de enero de 2010

AUTOENGAÑO Y OTROS COMPONENTES DE LA RUPTURA

Estaré haciendo bien? Debería aguantar un poco más? Reaccionará por fin? Conseguiré yo enfocar las cosas de otra manera? Me quiere en realidad o nunca me ha querido como yo a él? Por qué si nos queremos no podemos estar juntos? Volveré a enamorarme? Encontraré a alguien con quien sí funcione? Tengo mala suerte o tengo un problema? Existen las parejas para toda la vida o eso pertenece ya a otra generación? Por qué me siento tan mal, no es el fin del mundo!!!

Estas son algunas de los millones de preguntas que me atormentan desde hace dos semanas aproximadamente. Me retumban en la cabeza, me resuenan, son como unmoscardón en mi oreja. Me interrumpen el sueño y me roban mi tiempo, mi serenidad y mi alegría. Y todo esto por qué? para qué? A dónde me lleva toda esta inestabilidad? Ya sé perfectamente la respuesta: a ninguna parte que no llegara tomándomelo de otra manera mucho más tranquila.

Y cuando te decides después de comprobar una y otra vez que las cosas entre vosotros no van como deberían, que no eres feliz y que esta historia tiene que terminar, se lo dices a él y él está de acuerdo contigo. De repente parece que todo es comprensión mutua, que el amor se refuerza, que te va a ser imposible separarte de esa persona, pero en el fondo sabes que nada es imposible, sólo que él cambie, sólo que tú cambies, que seáis otras personas que sí funcionan juntas. El resto sólo es cuestión de tiempo y paciencia, pero "Dios, cómo duele!!!"

Y entonces él te dice cuánto te quiere y tú le dices cuánto le quieres, pero los dos sabemos que no vamos a poder seguir queriéndonos tanto, que hay que acabar con ese sentimento y que "Dios, cómo duele!!!". Y entonces, pasan unos días y nos volvemos a ver y el amor aún sigue ahí, por supuesto, y nos miramos y sentimos, y poco a poco nos aproximamos y se sobrepasan los límites de esa supuesta amistad que queremos que haya entre nosotros, y se reabre la herida y resurge la esperanza, pero sabes muy bien que te estás autoengañando, que sí que se ha acabado y que lo que estás viviendo son sólo las últimas brasas que se encienden con el aire fresco que ha soplado, pero que no son sufientes para reavivar y mantener el fuego encendido.

Entonces vuelven las preguntas y..."Dios, cómo duele!!!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario